jueves, 7 de abril de 2011

Pensieri



Los cristianos somos como los gitanos: si atacan a Cristo vamos en masa, pero no a atacar, sino a hincar la rodilla en adoración allá donde la fe se ve atacada. El Valle de los Caídos, Somosaguas y la facultad de Historia son los últimos ejemplos madrileños. Los ataques nos despiertan e interpelan.

Yo, por ejemplo, he pasado de casi ni pisar la capilla de mi facultad y entrar a medio escondidas a ir a Mordor (a.k.a Somosaguas) a una misa de desagravio y levantarme ridículamente pronto para poder ir a misa al menos dos días a la semana a una capilla universitaria antes de ir a clase.

Los ataques nos fortalecen y se comprueba una vez más que, aunque la sangre todavía no haya llegado al río, la sangre de los mártires es semilla de nuevos cristianos.










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