lunes, 9 de mayo de 2011

Consumiendo experiencias

El hombre ya no comparte experiencias: no sabe escuchar, sólo consumir” - Walter Benjamin.


Benjamin habla de la cultura y el lenguaje, pero yo lo veo también aplicable a la vivencia de la fe: en una sociedad donde no se cree en los narradores que pueden aconsejarte y transformar tu vida con sus palabras y su propia vida...¿qué evangelización puede haber? En un mundo en el que prima la autosuficiencia consumista, donde, recuperando a Buber, sólo parece posible la relación Yo-Ello sea con personas como con el arte y la naturaleza, ¿qué posibilidades de calar tiene el reconocerse INDIGENTE CRIATURA necesitada del Amor y cuidados divinos? Cuando “el arte de masas no es contemplado sino consumido” se corre el riesgo de convertir el arte de la liturgia, liturgia performativa que vivifica y adentra en el mayor de los misterios, en un mero espectáculo donde lo más importante no es buscar recogimiento y abrirse dócilmente a la obra de Dios sino coger la mejor foto del Papa al pasar entre el no ya pueblo fiel sino simple público.

Compartamos nuestras experiencias, abriéndonos al Otro en una escucha real y recíproca. Seamos narradores valientes de la obra de Dios en nuestra vida y en el mundo. Misioneros, peregrinos, como los antiguos sabios y maestros.

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