viernes, 27 de enero de 2012

La banalidad del mal




Hoy es el día de Memoria por las Víctimas del Holocausto y eso merece una entrada en este pobre blog siempre al borde de la desaparición.

Merece una entrada porque es un tema crucial, no sólo para los judíos, sino para la Humanidad en general. El Holocausto es algo que no nos puede dejar indiferentes porque interpela a lo más profundo de nuestro ser. Interpela a nuestra capacidad de amar al prójimo sin importar sus características, físicas, psíquicas, raciales o de fe. Interpela a nuestra capacidad de "cosificación" del otro, con una mentalidad utilitarista donde las personas se convierten en cosas, en medios, dejando de ser un fin en sí mismas y convirtiéndonos nosotros en seres incapaces de sentir más allá de pulsaciones físicas. Interpela a nuestra capacidad de rebelión o acomodamiento ante las injusticias que presenciamos, así como la insuficiencia de la ley positiva como única norma. Nos llama a construir sobre roca, la roca del amor, la solidaridad y la gratuidad, de Cristo, superando la sociedad líquida y fragmentaria en la que vivimos inmersos...






Un breve comentario que hice a un texto de Adorno sobre la educación después de Auschwitz AQUÍ

2 comentarios:

abrazadosalaVERDAD dijo...

Dice un tal Emmanuel Levinas, judío y que estuvo en un campo de concentración, que lo peor no es que te traten como una cosa, sino que te hagan creer que eres una cosa. Interesante la experiencia de estos autores que vivieron en sus carnes la banalidad del mal, ¿no?
Saludos :-)

abrazadosalaVERDAD dijo...

Ah! y ánimo con el blog, que es bueno y vale la pena :-)